Podemos quiere una ley sindical... de tiempos de Franco
Podemos no sólo quiere cambiar de forma radical la política en España. También el resto de la sociedad, incluyendo la economía y el mundo sindical. En su programa electoral para las elecciones europeas incluyeron propuestas de máximos para "recuperar la economía, construir la democracia", entre las que estaba una reconfiguración profunda de las relaciones empresariales, que pasaría por dar entrada a los trabajadores en los consejos de administración de todas las empresas, no sólo con voz, sino también con voto.
La declaración programática del partido de Pablo Iglesias es clara sobre el objetivo de esta propuesta: que los trabajadores participen en la gestión de las empresas, sobre todo de las grandes, «con pleno acceso a la información relevante y a la contabilidad». Del mismo modo, pretenden «democratizar la dirección de las entidades bancarias y cajas de ahorros». Podemos quiere llevar esto a cabo mediante un nuevo sindicato, Somos Sindicalistas, que ha nacido de sus círculos asamblearios.
Su presencia en las cúpulas empresariales facilitaría sus metas de transformación social y económica, y también serviría para combatir las prácticas retributivas, tanto de los directivos como de los accionistas, que tan ferozmente han criticado. Cabe recordar que entre las propuestas principales de Podemos destaca el establecimiento de un salario máximo para todas las empresas o la prohibición de los despidos a las compañías con beneficios.
En este sentido, la política produce unas curiosas paradojas. En los últimos años del franquismo, concretamente a partir de los años 60, los sindicatos accedieron por ley a un asiento en los consejos de administración de las empresas.
Exactamente la medida que propone Podemos y que podría llevar a la práctica Somos. Una medida que fue derogada con la llegada de la Democracia.
El sistema más parecido que, hoy por hoy, existe en Europa es la cogestión alemana, aunque en este caso los sindicatos no están en el consejo de administración, sino en otro órgano llamado consejo de vigilancia. Los expertos en derecho laboral consultados por EXPANSIÓN no ven en principio con muy malos ojos esta idea, aunque advierten de que ese sistema implicaría un cambio profundo de la mentalidad profesional en España.
«Entre las ventajas claramente destaca una mayor participación de los trabajadores en la toma de decisiones que afectan directamente a sus intereses, y un importante inconveniente es que deben abandonar la defensa exclusiva de los intereses de la plantilla y equilibrarla con las necesidades de la empresa, lo que puede implicar que tengan que estar involucrados en decisiones polémicas que son necesarias para la buena marcha de la empresa pero no les van a ayudar a obtener votos», explica Alberto Madamé, del bufete Baker & McKenzie.
«Realmente no es una propuesta tan novedosa. la entrada de los sindicatos en los consejos de administración fue una idea que ya lanzó el presidente de CEOE, Juan Rosell, a finales de 2011», recuerda Federico Durán, director del Departamento Laboral de Garrigues. «La idea es debatible, y es cierto que en el mundo laboral la colaboración entre sindicatos y empresas cada vez es más importante, pero lo que es necesario concretar es el desarrollo técnico de la propuesta. Como, por ejemplo, saber cuántos representantes sindicales se sentarían en el consejo de administración», indica Durán.
Cuestión cultural
El experto de Garrigues también recuerda que el modelo alemán tiene una estructura dual, donde conviven dos consejos. Se trata de un modelo que no tiene tradición en España.
Madamé va más allá y señala que «el modelo de acción sindical español procede de una historia de conquista de derechos sociales, más que una colaboración de tú a tú con los dirigentes empresariales».
Fuente: http://www.expansion.com/2014/11/12/economia/politica/1415829420.html
http://elagentedeseguridad.forosactivos.net/t4903-podemos-quiere-una-ley-sindical-de-tiempos-de-franco#7945
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